Termina el verano en Europa. Se suaviza la luz y se renuevan las fuerzas tras el descanso de las vacaciones. Al mismo tiempo, en el Sur, la primavera recuerda que siempre es más fuerte la Vida, que tras la muerte aparente del invierno todo renace con una belleza nueva.
En este doble ámbito nos disponemos a iniciar una etapa de trabajo, de renovado empeño por poner cuanto esté de nuestra parte para responder con creciente fidelidad al Don de Dios que se nos ha confiado.