Eterna es su misericordia

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Van pasando los meses de este año tan especial dedicado a la Misericordia y nosotras queremos seguir acompasando nuestro ritmo al ritmo que nos va marcando el Papa Francisco a través de la bula «Misericordiae Vultus». Cada línea, cada frase, cada idea que él nos regala es un resorte para ir viviendo con intensidad y sentido este Año Santo. Vamos a ir desgranando los números del 6 al 10 y descubriendo algunas de las claves que el Papa ha querido darnos para vivir este tiempo. Nos da un montón de buenas ideas para mantener nuestro corazón activo en esta aventura de recibir y dar misericordia. ¿Nos adentramos en estos estupendos números?

Nos recuerda el Papa que la omnipotencia de Dios es justamente su misericordia. Hay personas que a veces ven a Dios como alguien frágil, débil…porque «permite» el dolor, el fracaso incluso la injusticia, porque no es juez castigador ni quita la libertad de quien actúa con maldad. Pero es que todo el poder de Dios está en su Misericordia, en su amor, en su deseo continuo de acompañarnos en cada situación de nuestra vida. Toda la grandeza y la potencia de Dios se esconden bajo su amor entrañable e infinito, bajo su capacidad de perdonar y de darnos segundas oportunidades. «Dios –nos dice el Papa– será siempre para la humanidad como Aquel que está presente, cercano, providente, santo y misericordioso« ¿Eres capaz de percibir esa presencia cercana que te rodea y te envuelve cada día, hoy, ahora mismo?

Te invito a que eches una mirada a tu vida y descubras en ella el paso misericordioso de Dios, sobre todo en aquellos momentos que hayan sido más duros o difíciles, porque «Él sana los corazones destrozados y venda sus heridas» ¿Cómo ha vendado él tus llagas? ¿cómo va curando las heridas de tu vida? ¿cómo, con el fuego de su amor, cicatriza, cauteriza, cura y renueva?

Y sobre todo te invito a que cierres los ojos y te dejes tocar por este Dios que es AMOR. Lee despacio estas palabras del Papa y deja que toquen tu vida: «La misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad CONCRETA con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor «visceral». Proviene de lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y perdón«.

Podrías también tomarte en serio el consejo del Papa y repetir a lo largo del día el estribillo del salmo 136 «Eterna es su misericordia« y hacer así de cada día una oración de alabanza y de acción de gracias porque toda tu vida estará siempre, hasta la eternidad, bajo la mirada misericordiosa del Padre.

Otra estupenda idea para vivir este año será leer un pequeño trozo del evangelio cada día, ¿te animas? Porque es en Jesús, en su vida concreta, en sus gestos y en sus palabras donde se nos revela el rostro misericordioso de Dios Padre. Cada instante de su vida es un acto gratuito de amor, cada instante… Y es en las parábolas de la Misericordia donde encontramos la imagen más clara y pura de la ternura infinita de Dios para cada uno de nosotros, para ti, para mí: un pastor que va a buscar a su oveja, un padre bueno que espera sin descanso a su hijo rebelde, un caminante que recoge y cuida a un hombre malherido en el borde del camino, una mujer que busca una moneda… Nos hablan de un Dios que espera, busca, abraza, cura, cuida…

El último consejo que nos deja el Papa francisco en estos números de la bula es quizá el más importante y a la vez el más difícil de vivir: el perdón. Nos dice: «El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros, los cristianos, es un imperativo del que no podemos prescindir«, porque el testimonio del perdón es señal de credibilidad y de seriedad en nuestro compromiso por amar incondicionalmente a todos y porque el perdón es necesario para alcanzar la serenidad del corazón y condición imprescindible para ser felices y hacer felices a los otros. Así que repasa en un momento si hay alguien que necesite que le digas «te perdono» o si estás en deuda con alguien y tienes que llamarle y decirle «perdóname, por favor«.

Números intensos estos de la bula de la Misericordia que nos ha regalado el Papa. Vívelos este mes de mayo muy unido a María; Ella está a tu lado alentando tus deseos de seguir en serio al Señor Jesús. Ella está aquí cogiendo tu mano y forjando tu vida en la fragua de su Misericordia y Amor.

Pilar Pérez Berna