Después de casi dos años donde se han detenido muchas actividades, volvemos a misionar en tierras claretianas con el espíritu claretiano. Del 9 al 17 de abril se realizaron las tradicionales misiones de Semana Santa que se caracterizan por salir de tu tierra para ir aquellos lugares donde la Iglesia no llega fácilmente, generalmente comunidades lejanas a las ciudades, para compartir desde la experiencia de la fe, los diferentes momentos de esta semana. Esta vez han llegado laicos de: Toluca, Torreón, Nuevo Laredo, Ciudad de México y Veracruz, todos misionando en las diferentes comunidades afromexicanas de la Misión Claretiana en la Costa Chica de Oaxaca en México.
Durante la semana tuvimos diferentes encuentros con los jóvenes de estas comunidades, en la comunidad de Callejón de Rómulo, el primer día se trabajó en torno a la amistad y la relación de intimidad con Jesús, en este espacio los jóvenes compartían la dificultad de encontrar verdaderos amigos, pero al finalizar ellos mismos exclamaban la responsabilidad de ser ellos verdaderos amigos para con otros y cuidar su amistad con Jesús. Terminamos este momento con el signo de la cruz con agua bendita dispuesta entre ellos, como signo de ‘agua viva’ para otros.
El segundo día vivimos la experiencia de contemplar y disfrutar de la playa y el mar que estaba a sólo 15 minutos caminando de la comunidad. Después de un tiempo de convivencia y disfrutar el mar en medio de un clima impetuoso, nos sentamos para compartir y reflexionar sobre la misericordia de Jesús, que está disponible para TODOS y como TODOS tenemos la capacidad para perdonar, tan necesario hoy para vivir como resucitados.
El tercer día, nos reunimos en la capilla de la comunidad, después de una actuación de los jóvenes del evangelio del día, en el que ‘Judas había entregado a Jesús por 30 monedas de plata’, reflexionamos sobre la decisión personal que cada uno tiene para elegir a Jesús, la solidaridad o elegir los propios intereses. Todos llamados a mirar con más atención esos momentos de cada día para optar por Jesús, este catequesis la terminamos con un momento de oración personal y donde cada jóven expresaba esa opción por Jesús através de plasmar una palabra o frase en una pequeña piedra, como signo de la solidez qué puede tener para nuestra vida optar por Jesús.
Llegando el final de la semana el sábado santo, con bocina en mano y el reggaeton escuchando, nos dirigimos a Santo Domingo Armenta, para encontrarnos con jóvenes de diferentes comunidades.. Eran alrededor de 130 jóvenes, para compartir y vivir la Pascua Juvenil, con el lema ‘Cristo Vive y quiero ser santo’, dónde se tuvieron dos momentos claves: ‘llamados a ser discípulos’ desde la experiencia de la alegría del encuentro que une a Jesús y a otros, y transforma corazones y realidades; el segundo momento giró entorno al ‘caminar juntos’, hacer camino en sinodalidad,a descubrir con otros y en otros la presencia viva de Jesús.
Finalmente terminamos nuestra estancia en las comunidades, con la riqueza de haber compartido con los jóvenes ese proceso de integrarse cada día más en las actividades de la comunidad, de reconocer en ellos la presencia viva de Jesús que anhela vivir y compartirse con otros.
Nos despedimos de esta experiencia siempre enriquecedora y oportuna para hacer comunidad y familia, con la conciencia de que esta vida no se trata de cargar tu cruz, mí cruz; esta vida se trata de tu triunfo, su Triunfo, de tu amor y su Amor, de tu salvación y de vivir como resucitados con el Resucitado. ¡CRISTO VIVE!