Pascua contemplativa – Las Palmas de Gran Canaria

IMG-20170515-WA0011Nos sentamos ante el artista que nunca abandona la obra que un día comenzaron sus manos. Bajo la mirada del que al contemplarnos ve en nosotros la obra de arte terminada.

La belleza forma parte activa de la escena. Al igual que la luz de la vela que se desgasta para iluminar, la flor que deja que se asome la vida a través de ella, el incienso que sella como sagrado este momento. Se respira un silencio en el que flotan los colores, las formas, la tranquilidad.

Delante de todos nosotros, descalzos en este lugar del encuentro, están los iconos: trazos orantes que desenvuelven la Palabra.

Y con ellos, la presencia de Dios; de la historia con su pueblo, de su historia con nosotros.

Nos sentamos para escuchar la pincelada que nos quiere transmitir, para acoger las verdades, las preguntas, los vacíos que se nos desvelan en este tiempo de luz. Pero, sobre todo, nos sentamos para dejarnos contemplar por Él, para dejarnos sumergir en el mar de su misericordia.

El hilo conductor de la Pascua Contemplativa, hilo de oro que teje también mi historia y la tuya, nos hizo partícipesIMG-20170515-WA0012 en primera persona de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Acompañados siempre de la mano de María, que nos enseña a decir “hágase” y a acoger todo lo que el Señor nos va revelando, recorrimos juntos este camino. Camino siempre de conversión, de compartir, de rendirse ante la evidencia del amor del Padre. Camino de agradecimiento que culmina, y a su vez empieza, con la celebración de la Vigila Pascual. Se nos presentan ahora cincuenta días para celebrar la Vida, para dejarnos contagiar por la alegría de la resurrección que se hace verdad en cada uno.

¿Y después? Después tenemos toda la vida para escuchar Su voz, decir “sí” de la mano de María y celebrar el don tan grande que el artista, aquel que no te abandona y ve en ti su preciado tesoro, nos regala.

María Armas (Centro menor de Tenerife)